El 6 de julio del presente año, el cine europeo le dijo adiós a Ennio Morricone; el famoso artista italiano que se desempeñó como compositor y director de orquesta. Cabe recalcar que firmó con más de 500 películas y fue el creador de algunas de las más famosas melodías de la historia del cine.
Sus creaciones trascendieron en el tiempo, por el simple hecho de llegar a ser, más que una simple compañía que se escucha de relleno. Sus obras musicales, transmitían el fervor de las líneas de un libreto que te hacían vivir lo que veías. Y, justamente por ello, es que recibió un Óscar honorífico en el año 2006; y en el mismo año, obtuvo el Óscar a la mejor banda sonora por la cinta The Hateful Eight.
A lo largo de su carrera, Morricone ha vendido más de 70 millones de discos. Y, entre otros grandes reconocimientos dentro de la industria, tales como premios BAFTA, Grammys y Globos de Oro; recibió también el equivalente al Nobel para la música: el ansiado Premio de Música Polar. Todo esto sin mencionar que, llegó a compartir el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2020 con el compositor John Williams.
Sin embargo, la vida siempre termina y se lleva a los artistas que en verdad crearon obras que nos hicieron soñar. Y Ennio morricone, a sus 91 años, deja la vida humana para seguir a dónde su alma llegue.
La despedida de Ennio Morricone
Tan grande y tan modesto fue Ennio, que se despidió a través de una carta; y lo hizo así, porque como él mismo expresó, no quería molestar.
Dicha carta resume sus agradecimientos, saludos, sentimientos y su pesar. Y, aunque su partida signifique ver a través de sus más brillantes trabajos, a un soñador y perseverante talento; también se puede apreciar, hasta dónde la capacidad humana puede llegar a ser un Big Bang, en lo que respecta a toda una expresión artística.
Así que, no le digamos adiós a Ennio Morricone. Él solo se ha ido a otras esquinas del universo para deleitar con el don que recibió. Pero sí, tomémonos un tiempo para conocer sus últimas palabras en la carta que dejó:
Sin duda, otro grande que dejó huella en la historia, partió del suspiro de este aire, que alimentó su pasión con añoro desde su existencia, para ir en busca de un eterno estar…
Escrito por Isabel Chávez