Ha pasado apenas un poco más de medio año desde que se anunció el triste fallecimiento de Alicia Alonso. Es entonces que, en medio de este receso para apreciar el arte, queremos aprovechar esta ocasión para recordar un poco sobre la vida de, quien en vida fue, la mayor representante del ballet clásico latinoamericano.
Hoy en día, estamos aprovechando este reseco para apreciar el arte no visto. Es por esto que, en esta ocasión,
La reconocida bailarina nació el 21 de diciembre de 1920 en La Habana, Cuba. Allá empezó a formarse en el mundo de la danza. Alicia Ernestina de la Caridad del Cobre Martínez del Hoyo, estudió en el ballet de La Habana. En aquel lugar, conoció al bailarín Fernando Alonso —quien fue su esposo hasta el año 1975—, adquirió su apellido y, posteriormente, se mudó a Estados Unidos para despegar su carrera artística.
El legado de Alicia Alonso
En 1949, se integró al American Ballet Theatre de Nueva York; y fue una de las primeras en pertenecer y consagrarse como primera bailarina de ballet clásico. Años después, en 1959, fundó el que hoy en día conocemos como el Ballet Nacional de Cuba, pero que inició siendo la Compañía de Ballet Alicia Alonso.
La famosa bailarina tuvo una gran carrera artística donde se destacó por su magnífica interpretación en ballets de repertorio tales como Giselle, Carmen y El lago de los cisnes. En el último, interpretó a Odette (el cisne blanco) y a Odile (el cisne negro) . Así también, Alonso participó en diferentes giras internacionales donde mostró su arte en más de 60 países y bailó en los teatros más reconocidos del mundo.
Alicia Alonso fue reconocida repetidas veces debido a sus diferentes obras y logros durante su carrera. Por ejemplo, obtuvo la Medalla Picasso otorgada por la UNESCO, debido a su contribución con el desarrollo artístico en su país y en el mundo.
Otra muestra de agradecimiento a su trayectoria fue que el Ministerio de Cultura cubano declaró al Ballet Nacional de Cuba como Patrimonio Cultural de la Nación. Asimismo, en el 2018, Alicia Alonso recibió el premio Estrella del Siglo del Instituto Latino de la Música (ILM).
El 28 de noviembre de 1995, Alicia Alonso bailó ballet por última vez en el Teatro Masini en Faenza, Italia; y como la gran coreógrafa que fue, se despidió de las tablas con un ballet de su propia autoría: “Farfalla” (mariposa).
Finalmente, después de muchos años de dedicación, la función terminó y el telón de Alicia Alonso bajó el 17 de octubre del 2019; dejando un vacío inmenso para el ballet latinoamericano, pero un enorme legado para la historia de la danza.
Un pensamiento en “Alicia Alonso: trayectoria y herencia para la danza”