Hoy en día, como por arte de magia, todos estamos experimentando nuevas cosas. Pasamos tiempo en la cocina y más momentos en familia; algunos seguimos con nuestras responsabilidades laborales o académicas y aprovechamos el tiempo para hacer todo aquello que antes no podíamos. Nos estamos tomando un momento para descubrir lo mucho que nos extrañamos; todo esto mientras esperamos que los días pasen más rápido para volver a vernos.
El punto es que nunca hemos tenido tanto en común entre todos, como lo tenemos ahora. Incluso, con las personas de los diferentes países del mundo. Desafortunadamente, esto es así porque estamos en medio de una pandemia y lo más responsable es someternos a un periodo de confinamiento. No obstante, estamos siendo entretenidos y salvados por aquello que trasciende idiomas porque, al fin y al cabo, es universal: el arte.
Pienso que nadie puede negar que el arte siempre ha sido una compañía para todos nosotros. Aunque —paradójicamente— se suele marginar a quienes se atreven (o se permiten) seguir su vocación. Pero, como es costumbre, tiene que pasar lo peor para valorar aquello que siempre ha estado a tu lado; y aún así, existen unos cuantos que aún no se dan cuenta de esto.
Sin embargo, todos aquellos que restan la importancia del arte en sus vidas, se encuentran esperando las nuevas temporadas de las series de Netflix, escuchan música en Spotify todo el día, comparten las hermosas fotografías de sus ciudades antes y después del Covid-19, entre otras cosas. Yo, por mi parte, ya acabé de leer muchas de las obras literarias que tanto postergué alegando a que no tenía tiempo, también he visto más de una obra de teatro por internet o conversatorios entre reconocidos actores peruanos, llevé un curso de ilustración a mano, volví a tocar el ukelele y veo a mi hermana tomar clases de baile por internet.
En este sentido, lo importante es reconocer que el arte y la cultura, pese a que pertenezcan —probablemente— al sector más afectado por esta crisis, encuentran siempre un espacio para ser, estar y permanecer. No existe algo que nos separe de este por completo; así como no creo que exista algo que pueda evitar que este emerja, aunque tenga que transformarse.
Lo cierto es que el arte te llena y, al final del camino, te salva. Somos seres humanos y es normal sentirnos abrumados y que todo esto se transforme en enormes vacíos de vez en cuando. No obstante, tenemos que salvarnos a nosotros mismos y así salvar a los demás. Todos aquellos que forman parte de las industrias culturales, ya lo están haciendo; y no queda más que reconocerlo y brindarles un enorme agradecimiento mientras los apoyamos.
En conclusión, terminaré esta entrada esperando que todos aprovechemos estos días para entender que el mundo nos está dando una oportunidad para comenzar de nuevo y hacer bien las cosas. Permitámonos tener una mayor sensibilidad, valorar más lo que está y lucha por permanecer. Por mi parte, les ofrezco a todos mi blog, ArteSala Cultural, que apenas empieza a construirse, y busca ser un espacio donde puedan recurrir cuando quieran llenar (salvar) un poco su alma y compartir sus creaciones artístico-culturales (para salvar a los demás).
Secillamente increíble ! Definitivante el arte te transforma , te lleva a ser la mejor versión de uno mismo, te llena de sensibilidad y toca tu alma para convertirla en un ser libre que florece que se une contigo en amor para dar y engrandecer este mundo , ahora que nos toca vivir de una manera diferente pero jamás apartado de la cultura que está inmersa en todos los ámbitos de nuestras raíces , aprender a vivir así cuidandonos unos a otros fortalecera el principio de igualdad y seremos más humanos ! Amo la danza personalmente y mi crecimiento como persona nunca deja de ser amo en ella encontré amor y valoro a todos los artistas que de una u otra forma se desenvuelven hacen de su vida un arte , te felicito Claudia muy lindo ,hoy me sentí un escritora será que llevo sangre de artista !
Como pasa el tiempo y vemos que la madurez va de la mano de la sensibilidad por la vida y la naturaleza. Es muy grato crecer y ver que hay esperanza de una generación que cree y confía en un mejor ambiente para convivir. Felicitaciones Claudita, quizás no me recuerdas, solo vi tu niñez al trabajar junto a tu padre en la Gerencia de Salud. Dios te bendiga y prospere tus dones de excelente artista.
Apuesto a que si cada uno pintara lo que tiene en su corazón, terminaría en un museo.