Puede que la belleza siempre se encuentre durmiendo tras los paisajes que no notamos cuando, en el viaje, hallamos la tranquilidad de una vida; aquella que hoy se encuentra en receso.
Muchas veces no nos hemos tomado el tiempo para solo pausar la velocidad con la que vemos, para ver de verdad. Hoy, el covid- 19, se ha convertido en el virus que ha generado el dilema del tiempo. Pues, en estos momentos, eso sobra más que nunca; pero lo que ahora falta, es vida.
Quizás nunca contemplamos esos cerros que solo pasábamos con sueño, o esos árboles que parecían formar siluetas. O tal vez, no tomamos la foto del pájaro que pasó de corrido con un color fosforescente, que nos hizo arrepentir por no tener la cámara lista.
Pero, pese a que, en estas circunstancias, nos hallemos reflexionando, no solo en los viajes, o en la familia, o en lo que más nos haya gustado hacer; otra vez ignoramos algo que está ahí, pero que siempre dejamos en el olvido, por sentir una complacida intuición que nos hace verlo como un hecho fácil de retomar.
Y me refiero a apreciar cada detalle, cada momento, cada cosa, cada figura. A no pensar que solo los críticos de arte pueden hacerlo; sino que, nosotros también encontremos en la vida, esa pasión de la naturaleza que nos impulsa a crear, esa vibración que palpita en nuestro yo más profundo, y que nos lleva a escatimar cualquier límite en la imaginación.
Pues, lo que más importa, no es a dónde vayas; sino, lo que te llevas de esa experiencia.
El arte está en todo, el arte es cada expresión minúscula que busca ser vista, en el pequeño agujero en el cual se la ha colocado.
Y aunque a veces, solo nos la hemos pasado mirando, pero sin observar realmente; creo que la pandemia está haciendo de nosotros, el cambio reflexivo que todos necesitábamos ya, con apuro.
Veámoslo como eso, como una oportunidad para estar en receso, y recordar los detalles por los cuáles extrañamos salir…
Escrito por Isabel Chávez
3 comentarios en “El receso para apreciar el arte no visto”